miércoles, 22 de enero de 2014

GONZÁLEZ Arturo (1916-2010)


El curador de Teresa


Curador y encuadernador de libros, nacido en Cumaná. Desde muy joven se trasladó a Caracas donde estudió el bachillerato por los lados de San Agustín y Candelaria. De la ciudad capital se trasladó a Estado Unidos, Europa y otros países latinoamericanos.

De su itinerario de viajero tanto por el país del norte como por el viejo continente le quedó la experiencia del oficio aprendido de conservador de obras graficas y de papel, además de la encuadernación y grabados de libros, lo que podría en práctica por casi un década en sus labores en el Museo de Bellas Artes de Caracas, como especialista en la Restauración de Libros, Manuscritos y Obras Gráficas. Entonces dirigía el Museo Marcos Miliani.

Llamado cariñosamente el “Chamo” o “Chamito”, mote le viene de estos días. Con esa palabra saludaba y que según nos relató una vez, para él tenía algo de afecto, de gracia. Recordaba habérsela escuchado muchas veces a los portorriqueños y cubanos que vivían en Nueva York. Como el “Chamo Arturo”, o simplemente el “Chamito” fue conocido entre sus compañeros del Teatro y así se le recuerda ahora que no está entre los mortales.

Del Museo de Bellas Artes vino el llamado hecho por el director general del Teatro Teresa Carreño Elías Pérez Borjas para que se ocupara de los documentos, objetos y recuerdos de Teresa Carreño que había sido otorgados en comodato al Teatro con la finalidad de que cristalizará un sueño que rondaba en algunas mentes venezolanas desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, de crear un museo con los objetos dejados por Teresa en su visita a finales del siglo XIX y lo que llegaron de Nueva York a mediados de siglo pasado. En relación a esto, Arturo le declaró años más tarde a la periodista Brenda Berrocal: “Siempre me llamó la atención su vida y su obra. No pensé dos veces cuando me ofrecieron este puesto”.

A sus noventa y tres años, y aunque fue jubilado de la institución, siguió trabajando día a día porque los venezolanos y extranjeros que visitaban el Teresa Carreño pudieran saber algo más de la primera venezolana universal. Esa labor le fue reconocida en diversas oportunidades por la gente del Teresa Carreño, como lo demuestra su nombramiento como miembro honorario de la Fundación en 2006  o el reconocimiento otorgado en 2007 por el Sindicato de los Trabajadores de la Fundación en nombre de los trabajadores, por su “talento, constancia y ejemplo” en el Día Internacional del Trabajador.


Su acercamiento al personaje de Teresa Carreño se remonta a 1938, cuando asistió a la ceremonia con motivo de la llegada a Venezuela de las cenizas de la artista, traídas de Nueva York. Relataba en muchas ocasiones: “ese día fue mucha gente y vio el espectáculo de cuando sacaron el ánfora preciosa (…) y en la noche hubo un acto en el Teatro Municipal que yo fui… Tengo el discurso que dio… Juan Bautista Plaza”. No se imagina entonces que cuarenta años más tarde comenzaría a ser parte de la memoria que se tendría sobre la artista.

Tanto en sus primeros años en Venezuela, su estadía en el exterior como en sus más de dos décadas en la Sala Permanente Teresa Carreño conoció a distinguidas personalidades del mundo cultural, artístico y político del momento. En este aspecto se destacan Carlos Gardel, Alfredo Sadel, Nicolás Veloz, Jovito Villalba, Rómulo Betancourt, Juan Bautista Plaza, Pedro Antonio Ríos Reyna, Gabriela Montero, Judith Jaimes, María Luisa Escobar y Ana Julia Rojas.

Arturo González fue un personaje que ha vivió en dos siglos. En la Venezuela rural de los años veinte y treinta, pero igualmente durante la modernidad venezolana presente en las últimas décadas del siglo XX y la primera del siguiente, con sus ventajas y problemas. En ese tiempo su vida la dedicó a contribuir a mantener vivo el recuerdo de Teresa  Carreño desde la Sala de Exposición Permanente Teresa Carreño, mediante su extraordinaria habilidad para conseguir e incorporar a la colección cualquier objeto o escrito sobre la artista que se produjera en cualquier parte del mundo, como por ejemplo las copias de las partituras solicitadas a la Grand Biblioteque de París que ingresaron al archivo en 1997 o el ánfora original en las que vinieron las cenizas de Teresa Carreño a Venezuela en 1938.

La Sala de Exposición Permanente Teresa Carreño, ubicada en el teatro del mismo nombre, fue inaugurada el 2 de diciembre de 1988, durante la gestión de Pérez Bojas y con la colaboración económica de la Fundación Neumann, en un espacio especialmente acondicionado para ello, donde actualmente funciona la presidencia del Teatro. Para el montaje de la muestra se contó con la participación de Pedro Revetti y Carlos Rodríguez, mientras que la restauración de los trajes la realizó Paquita Parodi y la del resto de documentos el propio Arturo. Los textos del programa fueron responsabilidad del entonces periodista Carlos Paolillo.

En el recinto original, una sala rodeada de vitrales completamente acondicionada para la exposición, tal como lo estipulaba el contrato de comodato: que la Fundación se comprometía a destinar un local especialmente apropiado que ofreciera las condiciones propicias para la seguridad y mantenimiento de los materiales guardados y expuestos.

En ese espacio durante diecisiete años se realizaron diversas actividades para preservar la memoria de la insigne artista Teresa Carreño, tales como conciertos, charlas, bautizos de libros y discos. Entre las últimas actividades en este sentido recordamos el bautizo del disco Teresa Carreño de la pianista venezolana Clara Rodríguez. A principios del año 2006 la muestra es trasladada a un nuevo espacio, en el hall principal, al lado de la actual Librería del Sur.

Era muy común escucharle decir a El Chamo: “Desearían muchos teatros de gran prestigio en el mundo tener estos fondos tan importantes como esta maravilla de la gran pianista de fama universal”.


Al final de sus días Arturo González se convirtió en una referencia obligada a la hora de hablar de Teresa Carreño, como lo podemos observar en numerosos documentales. Ejemplos son las biografías de Globovisión, Vale TV y Universidad Nacional Abierta, entre otras; o las numerosas entrevistas y reportajes de prensa sobre la Sala o sobre Teresa. A pesar de eso el desconocimiento de su vida y obra es común en el venezolano.
Texto: Jesús Eloy Gutiérrez
Fotografías: Fondo Documental TTC y Luis Javier Jiménez.


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