miércoles, 10 de junio de 2009

Morella Muñoz (1935-1995)

El mundo versátil de Morella: entre la lírica y lo popular
El mismo año en que el Benemérito Juan Vicente Gómez se despedía de este mundo, en la parroquia San José de Caracas nació una niña de Mercedes Muñoz y Juan Antillano Valarino. Pasaría a la historia de la cultura venezolana y universal con el nombre de Morella Muñoz, como una destacada mezzosoprano de música lírica y popular.

Dos personajes de dos épocas distintas en nuestra sociedad contemporánea, pero que en el fondo los une el culto a sus raíces y a su pueblo. 
Gómez nunca renunció a ese pasado campesino que le vio nacer, lleno de tradiciones, fantasmas y hechizos, donde los curanderos y brujos se confundían en su lucha por salvar a los lugareños. 
También los separa una gran diferencia. Del primero ya se ha dicho bastante y habrá en otra oportunidad espacio de agregar algo más. Hoy nos toca hablar de Morella, quien asumió sus raíces venezolanas como parte de un universo superior que era la cultura universal.

El comienzo


Su acercamiento al mundo musical data de sus días como estudiante de bachillerato en el liceo Andrés Bello a mediados de la década de los cuarenta del siglo XX, cuando formó parte del orfeón de esta institución educativa, dirigido entonces por Lorenzo Figallo Espinal, miembro a su vez del Orfeón Universitario. Esta agrupación universitaria la dirigía entonces su creador Antonio Estévez, quien promovió su entrada a dicho coro. En esa época se acercó a la profesora de vocalización Lydia Butturini de Panaro, quien se convertiría en una persona determinante en su formación básica y futuro artístico. 
En 1948, se tienen noticias de su actuación como cantante en Radiodifusora Venezuela con en el seudónimo de Morella Kenton con un repertorio norteamericano de moda, y su presentación en un programa de televisión, de variedades conducido por Víctor Saume.

En 1953, aconsejada por la profesora Butturini de Panaro, comenzó a estudiar canto en la Escuela Superior de Música “José Ángel Lamas”, donde egresaría en 1957. En esta institución contó con los siguientes profesores: Inocente Carreño y Raimundo Pereira en teoría y solfeo, Juan Bautista Plaza en historia de la música y estética musical y Vicente Emilio Sojo en armonía. El maestro Sojo dirigía el Orfeón Lamas, donde se le brindó la oportunidad de ofrecer su primer concierto clásico, que se realizó en la Biblioteca Nacional con un repertorio de compositores como Mozart, Saint-Saën, Bethoven y sus maestros en la Escuela Superior.


El perfeccionamiento

Mientras Venezuela emprendía el camino de la democracia en 1958, Morella emprendía el camino de su perfeccionamiento profesional en el viejo continente con una beca otorgada por el Ministerio de Educación. Ya el año anterior había probado la miel europea durante su estadía en Tanglewood (Inglaterra) para la realización de un curso de verano de Berkshire Music Center. Esta vez se dedicó al estudio de interpretación de música de cámara en la Academia Santa Cecilia de Roma, bajo la dirección de Giorgio Favaretto, y simultáneamente cursó italiano en el Instituto Dante Alighieri. Junto a Favaretto, quien la acompañaba al piano, realizó varios recitales y conciertos en la citada academia.


En el diario caraqueño El Nacional de esos días, una nota titula así: “Morella Muñoz sorprende en Italia por su voz y su técnica”. La Academia Superior de Música y Arte de Viena en la cual hizo el curso completo de canto fue su siguiente parada. Es esta época también estuvo en Quekhoven (Holanda), donde realizó cursos de canto e interpretación con Noemí Perugia.


El año 1961 representa un hito en la biografía de Morella, pues los distintos sucesos que experimentó su vida entonces le darían rumbos distintos al destino siguiente. Entre esos acontecimientos se pueden mencionar: su debut en el Palazzo Forte de Verona bajo los auspicios de la Academia de Cultura Musical de dicha ciudad; la obtención del Premio Primavera de Praga, certamen internacional para cantantes de formación académica que motivó el interés del mundo musical del momento por su voz; y su nueva etapa personal, ahora como esposa y madre, ya que en esos días contrajo matrimonio con Pedro Álvarez Ibarra de cuya unión nacieron Gunilla y Diego. Además, ese mismo año se asoma la invitación para que se incorpore a la agrupación Quinteto Contrapunto que se materializará al poco tiempo.

Poco después viajó a Londres para tomar clases particulares con Vera Rozna, como parte de un curso de perfeccionamiento técnico vocal, del cual regresará al país con su disco Canciones infantiles venezolanas. Desde aquella época comenzaron a llegarle invitaciones de diversas partes de mundo que solamente en Europa le reportaron unos 400 conciertos. Austria, Chescolovasquia, Polonia, Suecia, Italia, España, Dinamarca, Inglaterra, Holanda, Argentina, República Dominicana, Uruguay, Chile, Brasil, Colombia, Perú y los Estados Unidos se cuentan entre los países que pudieron disfrutar su voz. 

En ocasión de una de esas giras la crítico Teresa Grabowska del diario Tribuna de Polonia escribió lo siguiente: “En la Sala de la Filarmónica de Varsovia ha actuado la artista venezolana Morella Muñoz, proporcionando a los oyentes una gratísima e inolvidable impresión. Su voz mezzo-soprano, excepcionalmente hermosa, ha fascinado extraordinariamente al público varsoviano por su hondura de sonido en las canciones de los compositores italianos del siglo XVIII y en la aria de L. Cherubini.”


Su repertorio

En el campo folklórico Morella Muñoz, interpretó canciones indígenas, religiosas populares, melodías infantiles tradicionales, cantos de trabajos, motivos agrarios y afrovenezolanos, además de composiciones urbanas contemporáneas. En el campo académico sus interpretaciones incluyeron el concierto, la misa, el oratorio, el réquiem, la canción de arte y la ópera Doña Bárbara, con libretos de Isaac Chocrón Isaac, música de la compositora norteamericana Carolyn Lloyd y la dirección de José Igancio Cabrujas. Fue considerada por muchos como la mejor intérprete latinoamericana de Brahms y del Lied alemán en el mundo. Asimismo, fue especialista en Schubert, Schumann, Wolf, Bach, Handel y Mahler. Cantó con la Orquesta de Cámara de la UCV, la Orquesta Sinfónica Venezuela, la Orquesta Filarmónica de Caracas y la Orquesta Nacional Juvenil Simón Bolívar.


Sus discos
Grabó varios discos, destacándose sobretodo los de música popular. En el año 1958 circuló en Venezuela 6 canciones venezolanas de Antonio Estévez y Canciones de América, selección de spirituals y composiciones que cantó en marzo de 1957 en su concierto de música panamericana efectuado en el Museo de Bellas Artes de Caracas. 

Su primer disco lo grabó con el Quinteto Contrapunto y apareció en 1962. En 1967 se dio a conocer el disco Alirio y Morella de canciones, tonadas y aguinaldos venezolanos, interpretados por ella y el guitarrista Alirio Díaz. También por este tiempo circuló el disco Morella Muñoz canta aguinaldos venezolanos, con Giomar Narváez al piano y Federico Reyna al cuatro. En 1982 apareció una edición antológica de 12 discos, acompañada del libro testimonial La invención del canto de Carlos González Vegas. El año anterior a su muerte apareció álbum contentivo de un disco compacto y un libro, titulados Morella Muñoz, nuestra voz, editado por el Disco Club Venezolano.


Cantando a su tierra…


Además de sus numerosas presentaciones individuales en todo el país, participó en varias giras con figuras como Ignacio "Indio" Figueredo y Freddy Reyna y en conmemoraciones importantes como el Bicentenario de la muerte del Libertador en 1983, donde el gobierno nacional la invitó a formar parte de la programación cultural que se celebró en todo el mundo con motivo de tal fecha. Cinco años más tarde, no hablan también de ese arraigo venezolano, pues en esa oportunidad fue la voz inaugural del Primer Pregón de la Navidad Caraqueña, celebrado en la plaza Bolívar de la capital. No solo en el canto sirvió a su país. Entre 1989 y 1992 se desempeñó como asesora del ministro de Estado para la Cultura, con aportes concretos para la creación de la Dirección de Desarrollo Regional de dicho organismo.


Su sentimiento hacia su patria lo observamos cuando dijo una vez: “Cuando lo canto siento a mi pueblo en la melodía y al terminarlo quedo completamente exhausta. Aparte de su belleza como canción, exigen una entrega que me descuartiza el alma, y es que la cantante debe ir engranando la melodía como si fueran lágrimas y hacer del Polo Doliente un auténtico y trágico collar.”


Distinciones y homenajes…


A lo largo de su vida artística recibió numerosas distinciones, entre ellas se cuentan el Premio Nacional de Música en 1992, las condecoraciones “Andrés Bello”, “Francisco de Miranda”, “Mérito al Trabajo”, “Vicente Emilio Sojo” y “Luisa Amelia Perozo”. De igual modo, su talento fue reconocido por la Enciclopedia de la música (Alemania 1959) dirigida por Fred Hamel y Martín Hürdimann), al ser incluida como la única cantante de América del Sur entre los nuevos valores del siglo XX.


Diversos son los homenajes que se le han tributado a Morella. Desde una guardería-precolar que lleva su nombre, ubicado en la Primera Avenida Montecristo, en Los Chorros, hasta obras de teatro y otros eventos, que buscan rendirle un merecido tributo a su memoria. Muchos de ellos comenzaron a realizarse con la artista todavía en vida. En 1994 el Teatro Teresa Carreño, Serenata Guayanesa y la Fundación Crearte,Ensamble Gurrufio, Orfeón Universitario, Guillermo de Léon Carriles, Lilia Vera, El Cuarteto, Caraota, Ñena y Tajá, Aquiles Báez, Pedro León Zapata y por su puesto Serenata Guayanesa. En esta oportunidad asistieron el Presidente Rafael Caldera y su esposa.



A penas dos meses después de su desaparición, el Ateneo de Caracas y el Teatro Teresa Carreño se unieron para realizar el Homenaje a Morella Muñoz, con los Vasallos del Sol, Yuruari, Jesús Sevillano, Cecilia Todd y Serenata Guyanesa, todos moderados por Miguel Delgado Estévez. Este evento tuvo lugar en la Sala Ríos Reyna los días 2 y 3 de septiembre del citado año. 1995 culminó con la proyección en la Red de Televisoras Nacionales del micro “Encuentro…con Morella Muñoz”, preparado por la Fundación Bigott.



El 30 de julio de 2005, con motivo de los diez años de su partida, la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana “Simón Bolívar” dirigida por Alfredo Rugeles, con la participación de destacados músicos, como Iván García, Omar Acosta, Diego Álvarez Muñoz, Isabel Palacios y Cecilia Todd, Huáscar Barradas, además del Orfeón Universitario de Juventudes Culturales, el Coro de Conciertos de la UCV y las corales Juvenil Vinicio Adames, Coral Mágnum y Coral Movistar, ofrecieron un justo homenaje.


Morella hoy...

Al poco tiempo, después de su muerte, familiariares y amigos de la artista crearon la Fundación Morella Muñozcon el fin de rescatar y mantener su legado cultural y artístico, así como la generación de espacios y/o acciones que permitan contribuir con el desarrollo de la música y el canto en Venezuela, ya sea en el ámbito académico o popular, nos dice en su página web. Entre los proyectos que ha adelantado desde entonces, se encuentran:la digitalización del ochenta por ciento (80%) del material grabado por Muñoz, la reedición y comercialización de la música de la artista en formato digital, la producción de proyectos discográficos relacionados con cantantes o artistas de la Fundación y la catalogación parcial del material bibliográfico de la cantante, para inclusión en el proyecto "Biblioteca Morella Muñoz". Además de la edición de discos de Muñoz junto a los de otros artistas apoyados por la institución.

Uno de los últimos eventos realizado para recordar a la artista tuvo lugar durante el año 2007, en la Sala Ana Julia Rojas del Ateneo de Caracas, sitio que se convirtió en el escenario para la presentación de la obra infantil La Zaranda, basada en las canciones infantiles interpretadas por Muñoz. La pieza, con libreto original de Miguel Issa, fue una producción de la agrupación de danza contemporánea Dramo y de la Fundación Morella Muñoz que se propuso a trasladar, desde la memoria, los cantos de la niñez de toda una generación de venezolanos como una manera de rescatarlos y refrescar sus valores musicales.

Morella, una voz, una época, un canto llevado al esplendor. Es uno de esos personajes de quienes los venezolanos deberían sentirse orgullos. Todavía está por escribirse su biografía, a fin de que su vida y obra pueda ser conocida como referencia de la persistencia en los impulsos del ser y su adecuación a la realidad circundante; como referencia del trabajo constante y la alegría de vivir realizándonos como seres humanos.


Jesús Eloy Gutiérrez

Junio de 2009
Fotos: Miguel Gracia
Eduardo Gamond
ès
Archivo Centro Documental Teatro Teresa Carreño

1 comentario:

Unknown dijo...

Inefable, es el término en español para describir el legado vocal de Morella. Su voz inflama mi sentir venezolano cada vez que la escucho. Desde niño sé de su obra, usualmente con el Quinteto Contrapunto. Permíteme, Morella, en el lugar que te acoge, mis mejores deseos por tu dicha. Te admiro y te quiero mucho, hermana y compatriota ejemplar (Amén).