martes, 14 de agosto de 2007

Rios Reyna, Pedro Antonio (1905-1971)

Pedro Antonio Rios Reyna, maestro del pasado y del futuro

El 16 de noviembre de 1905, nace en Colón, estado Táchira quien sería el precursor del proyecto para la construcción de una sala de conciertos para la orquesta más antigua del país, culminando esta idea con una sala que lleva su nombre en el teatro más importante de Venezuela, el Teatro Teresa Carreño. Fue Fundador de la Orquesta Sinfónica Venezuela, del Ateneo de Caracas, el Cuarteto Ríos, la Orquesta de Cámara de la Universidad Central de Venezuela, la Orquesta Experimental de la Orquesta Sinfónica Venezuela y la Coral Filarmónica de Caracas; además promovió en la construcción de la Concha Acústica de Bello Monte.

Pedro Antonio Ríos Reyna se destacó en la ejecución del violín, instrumento que manejaba desde los seis años, edad en la que fue trasladado Caracas para mejorar su formación. En la ciudad recibe clases en la Escuela de Música y Declamación de Santa Capilla (hoy Escuela superior de Música “José Ángel Lamas”), destacándose entre sus profesores: José Lorenzo Llamozas, Vicente Emilio Sojo y Juan Bautista Plaza. Su primer concierto público como violinista lo realiza el 30 de junio de 1913 acompañado del pianista Andrés Delgado Pardo, homenajeando a Joaquín Silva Díaz, ejecutando la Marcha heroica de Tannhaùser y El poeta moribundo de Gottschalk, en el Teatro Municipal.


En noviembre de 1915 realiza un recital en el Royal Victoria Institudte de Puerto España (Trinidad). A su regreso realiza diversos recitales en Ciudad Bolívar y Caracas, destacándose su ejecución de los “aires gitanos” de Sarasate.

Ciertas dificultades se presentan luego de la muerte de su padre en 1917. Renuncia a una beca otorgada por el Conservatorio de Bruselas. Empieza a trabajar como músico para el cine mudo en el cine Princesa (luego Rialto) y fue contratado por el empresario Adolfo Bracale como violinista de la compañía de ópera. En 1922 forma parte de las filas de la Unión Filarmónica de Caracas, disuelta en 1929. En 1930 funda la Orquesta Sinfónica Venezuela junto a otros músicos, donde además forma parte de su junta directiva. Fue concertino de la orquesta durante treinta y tres años (después de la salida de Ascanio Negretti), además de dirigir la orquesta en diversas ocasiones.

En 1947, la OSV recibe su primera subvención del Estado. Vicente Emilio Sojo le encarga a Ríos Reyna que viajaría a Italia, la búsqueda y contrato de músicos para formar parte de la orquesta. Tres años más tarde es nombrado presidente de la misma, cargo que ejerce en dos oportunidades más, en la última ocasión es cuando lo sorprende la muerte, al ser arrollado por un vehículo de carga en Nueva York, el 13 de febrero de 1971, donde se encontraba realizando gestiones para la orquesta. Su deceso causó conmoción en el país; su ataúd fue colocado en capilla ardiente en el Teatro Municipal para rendirle un homenaje.


Una de las épocas más fructíferas de la Orquesta Sinfónica Venezuela, fue en la que presidió Pedro Antonio Ríos Reyna. Organizó las primeras giras al exterior (Perú, Colombia y Cuba) y en el interior del país se realizaron eventos como el Festival Latinoamericano de Música. Hubo un auge en programas de ópera con personalidades como Fedora Alemán y Eduardo Feo Calcaño, además de invitar a destacados solistas y directores de envergadura internacional, entre ellos Stravinsky, Desiré Dafauw (con quien el maestro estudia dirección en Canadá), Tomás Mayer, Claudio Arrau, entre otros.

A parte de sus ocupaciones con la OSV, Ríos Reyna funda el Cuarteto Ríos en 1931. Además crea los ciclos de conciertos dominicales en la Biblioteca Nacional y es nombrado inspector de bandas militares y profesor de la cátedra de violín de la Escuela Superior de Música. Fue pionero en utilizar la radio para promover la música académica; trabajó en YV-2BC “La voz del Ávila”, Radiodifusora Venezuela y Radiodifusora Nacional. De esta última fue durante catorce años director artístico, función que prosiguió en la Radio Nacional.

Pedro Antonio Ríos Reyna no pudo ver en vida lo que sería su mayor logro, la sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela. En 1972 se inicia la ejecución de este proyecto por parte del gobierno nacional y el Centro Simón Bolívar, presidido entonces por Gustavo Rodríguez Amengual, quien fue alumno del maestro en su cátedra de violín. Once años más tarde nace el Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño, cuya sala principal lo honra llevando su nombre: la sala Ríos Reyna, inaugurada el 19 de abril de 1983.


Si estas interesado en más información sobre este personaje puedes consultar la obra: "Siete Músicos Venezolanos" de Daniel Bendahan.


Fabiana Sans Arcílagos
Junio 2007

Fotos: Archivo Centro Documental Teatro Teresa Carreño

Ribas, José Félix (1775-1815)

El 12 de febrero de 1976, la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela, bajo la batuta de Carlos Chávez, inauguró oficialmente la Sala José Félix Ribas. Ese día se cumplieran 162 años de la batalla de La Victoria, en la cual José Félix Ribas, al mando de un grupo de jóvenes luchó hasta vencer a las tropas realistas.

De familia distinguida, José Félix Ribas nació el 19 de septiembre de 1775 en Caracas, siendo el último de once hermanos. Contrajo matrimonio con María Josefa Palacios, tía de Simón Bolívar. Tomó parte en los sucesos generados a partir de la renuncia del Capitán General Vicente de Emparan, iniciando su actividad republicana el 19 e abril de 1810.

Su participación en este importante proceso de la historia venezolana fue reconocida el 25 de abril del mismo año, formando parte de la Junta Suprema, que fue la encargada de organizar la nueva república..Lo nombran Coronel del Batallón “Barlovento”. Bajo las órdenes de Miranda participa en la campaña contra Monteverde y es designado Comandante Militar. Ribas se ve obligado a salir del país en 1812 y regresa meses después, al mando de la División de Retaguardia en La Campaña Admirable, llamado por Bolívar.

Ribas participó en el combate de Niquitao, (triunfando sobre las tropas realistas al mando de José Martí).Él contó con apenas cuatrocientos hombres y Martí con ochocientos. Las tropas españolas cedieron y Ribas tomó como prisioneros a cuatrocientocincuenta hombres, armas y municiones. Gracias a ésta derrota los españoles abandonaron Barinas. Avanza Ribas a San Carlos (ya desocupada por los españoles), para encontrarse con Bolívar. Culminada la “Campaña Admirable”, Ribas asumió la Gobernación de la Provincia de Caracas, donde recibió aviso de arribo a La Guaira de una expedición española, que luego pasaría a Puerto Cabello.

En Caracas salió con ochocientos hombres a Los Valles de Aragua para enfrentarse a Boves. Llega el 10 de febrero de 1814 a La Victoria. El 12 de febrero de ese año, a las siete de la mañana se presentaron las tropas realistas y a las ocho de la mañana se realizó el combate, con tropas formadas por jóvenes voluntarios y seminaristas que Ribas había logrado reclutar: “No podemos optar entre vencer o morir, es necesario vencer”.

Ganada la Batalla de la Victoria, Bolívar titula a Ribas como “Vencedor de los tiranos en la Victoria”. Pero la tranquilidad duraría muy poco, pues debió salir en campaña en nuevas ocasiones; culminando con la contienda que se llevó a cabo en Charallave, venciendo a Rosete. José Félix Ribas fue ascendido a General en Jefe y su hijo a Capitán

El 5 de diciembre de 1814 se desarrolló la Batalla de Urica, en ella Boves muere en el campo de batalla, pero Ribas no pudo derrotar a las tropas realistas y huyó. Ribas fue capturado por los realistas en compañía de un sobrino y un criado; Concepción González, un esclavo los había delatado. El Justicia Mayor de Tucupido ordenó su muerte el 31 de enero de 1815. Su cabeza fue enviada a Caracas y exhibida en la llamada Puerta de Caracas.

José Félix Ribas se recuerda por ser un hombre valiente y capaz de todo por su patria. Hoy se honra a este precursor de nuestra independencia, con una de las salas de teatro más importantes de Venezuela. La Sala José Félix Ribas, es símbolo de juventud, de sonido, de Nuevo Arte.

La Sala José Félix Ribas fue concebida como una sala de conciertos. Posee una superficie de 507.5 metros cuadrados, con una capacidad de trescientas cuarenta y siete butacas fijas, divididas en tres zonas. Su diseño es al estilo teatro semicircular griego, con una espacialidad hexagonal, el techo tiene un plafón de estructuras acústicas fijas, diseñadas por Jesús Soto, denominadas “Pirámides vibrantes”. Tiene seis camerinos con capacidad para ochenta personas, dos cuartos de ensayo, cuatro accesos a sala que vienen de los camerinos. Además cuenta con un sistema de iluminación y acústica que convierte a esta sala en uno de los escenarios más importantes del país.


Fabiana Sans Arcílagos
Febrero 2007


Fotos: Archivo Centro Documental Teatro Teresa Carreño

lunes, 13 de agosto de 2007

Nebreda, Vicente (1930-2002)

El primer coreógrafo venezolano de fama mundial

Bailarín, director artístico y primer coreógrafo venezolano de fama internacional, nacido en Caracas en 1930. Su producción coreográfica comprende más de cien piezas, con las cuales se destacó por el estilo personal que le imprimía a los bailes de pareja.
Sus inicios en este arte datan de los años cuarenta en la cátedra de ballet del Liceo Andrés Bello, continuó en el Club de Ballet con los maestros Hery y Luz Thomson y la Escuela Nena Coronil; luego vinieron Cuba con Alicia Alonso, Francia con Roland Petit, Nueva York con el Joffrey Ballet y el Harkness Ballet. Prosiguió su enseñanza con el maestro polaco Matlinsky y su esposa rusa Madame Makeva; en Francia recibió clases de madame Egorova, de Serge Peretti de la ópera de París y de madame Rosanne; en Londres trabajo con Henry Danton y Vera Vulkova.

Debutó en la pieza Pedro y el lobo (1946), presentada en el Teatro Municipal, escenario que lo recibió en 1951 durante las temporadas de ópera como integrante del cuerpo de baile de Rigoletto, La Traviata, Fausto y La Gioconda.

Seguidamente fue solista del Ballet de France, del Ballet de Roland Petit, el Joffrey Ballet y el Harkness Ballet. Bailó con Irma Contreras en programas especiales de la televisión belga y en un evento internacional presentado por la embajada venezolana en Dauville, Francia.

A mediados de 1957 regresó a Caracas y actuó como primer bailarín del Ballet Nacional de Venezuela, fundado por las hermanas Contreras, interpretando fragmentos del repertorio clásico.

Años más tarde, Elías Pérez Borjas y Maria Cristina Anzola le plantearon la idea de crear una compañía profesional de ballet contemporáneo en Venezuela, apoyada por el Estado, y que tuviera a la bailarina Zhandra Rodríguez como estrella principal, quien era entonces una figura resaltante del American Ballet Theatre.

Esta compañía debutó en 1975 con el nombre de Ballet Internacional de Caracas, teniendo como director artístico a Nebreda y a Zhandra Rodríguez como su indiscutible estrella. Su creación representó para Venezuela una etapa crucial en el desarrollo profesional de la danza y la posibilidad de contar con una compañía reconocida mundialmente como un valor del ballet contemporáneo.

Nueve años más tarde, se inicia la experiencia de Nebreda con el Ballet Nacional de Caracas Teresa Carreño. Con esta compañía presentó sus obras en España, Francia, Estados Unidos, Italia, México, Argentina, Montevideo, Cuba, Ecuador, Colombia, Paraguay, Brasil, Chile y Japón.

Falleció el 26 de mayo de 2002, siendo director artístico de este Ballet Teresa Carreño, compañía que gracias a él fue conocida y aplaudida en Estados Unidos, América Latina y Europa.

Su contribución a la danza nacional se inició con la creación del Ballet Internacional de Caracas, compañía a la que le brindó sus creaciones y su experiencia como director artístico. Su aporte general al mundo de la danza se puede resumir en su flexibilidad para encarar los rigores de la danza clásica.
Sus coreografías han sido interpretadas por más de cuarentas compañías alrededor del mundo: Australian Ballet, Opera Ballet, Ballet Nacional de Canadá, Ballet Nacional de España, Ballet de Santiago, Ballet del Teatro Colón, Ballet Jazz Montreal, Israel Ballet y Universal Ballet, entre otras. Entre sus coreografías se destacan: Percusión para seis hombres (1969), La luna y los hijos que tenía (1975) y Nuestros valses (1976), Batucada fantástica (1977) y Estudios (1979).





Si estas interesado en más información sobre este personaje puedes consultar la obras: 


  • Nebrada Nebrada de Belén Lobo (Consejo Nacional de la Cultura/Fundación Cultural Chacao,1996), 
  • Teatro Teresa Carreño। XV Aniversario (Fundación Teresa Carreño/ Fundación Cultural Chacao, 1999). 


Jesús Eloy Gutiérrez
Junio de 2007
Fotos: Colección Fotográfica, Centro Documental del Teatro Teresa Carreño

Carreño, Teresa (1853-1917)

La pianista más grande de su época

“Venezuela anduvo en las manos de Teresa Carreño,
como un pájaro encantado, multicolor y sonoro,
inquieto y palpitante”
Héctor Mujica (1953)
En Caracas, el 22 de diciembre de 1853, nació la primera artista venezolana de fama internacional, quien se convirtió en una de las pianistas más famosas del siglo XIX y comienzo del XX, además de ser una notable compositora, excelente mezzosoprano y estricta profesora de piano. Hija de Manuel Antonio Carreño y de Clorinda García de Sena y Toro. Sus primeros maestros fueron su padre y el pianista alemán Julio Hohené.


El 25 de noviembre de 1862 debutó en el lrving Hall de Nueva York. En esta ciudad recibió lecciones del famoso pianista norteamericano  Louis Moreau Gottschalk. Luego se le escuchó en Cuba, la Casa Blanca y París.

En la capital francesa tocó ante Pedro Roberto José Quidant, Gioacchino Rossini y Franz Liszt. Este último se ofreció para darle clases si se trasladaba a Roma, lo que no realizó por razones económicas.


Desde París, inició su carrera de concertista que la llevó a visitar países de Europa, así como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y África del Sur, acompañada de las más famosas orquestas dirigidas por eminentes maestros. Su repertorio incluía conciertos de autores clásicos y románticos. En 1873, se casó con el violinista Émile Sauret y en 1876 con el cantante de ópera Giovanni Tagliapetra, con quien fundó una empresa de conciertos, la Carreño-Donaldi Operatic Gem Company.

A mediados de 1885 volvió a Venezuela durante el primer gobierno del presidente Joaquín Crespo. Al año siguiente, ya en le “Bienio”, Guzmán Blanco le encarga organizar la siguiente temporada de ópera en Caracas.

Al parecer el elenco que logró contratar no llenó las expectativas del público caraqueño y la sociedad de entonces, además, había adoptado una actitud de rechazo hacia una mujer que, por más talento que tuviera, era divorciada y vuelta a casar, algo considerado para la época como un escándalo; fueron boicoteadas las óperas presentadas y la temporada debió ser suspendida.

Luego de pasar por Nueva York, se regreso a Europa y comenzó a desempeñarse como solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. En esta ciudad fijó su residencia. En esta época conoce al pianista Eugene D'Albert, con quien se casó en 1892 y tuvo dos hijas: Eugenia y Hertha. En 1902, se casó por cuarta y última vez con su cuñado Arturo Tagliapetra.

La Primera Guerra Mundial imposibilitó que continuara con su actividad concertistica desde Alemania, por lo que luego de realizar una gira por España se residenció en Estados Unidos. En Nueva York fallecería el 12 de junio de 1917, a los pocos días de regresar de una gira por Cuba que no culminó. En sus últimos años era evidente el agotamiento general debido a largos períodos de excesivo trabajo.

Entre sus obras más famosas como compositora se cuentan: Himno a Bolívar,  Kleiner Walzer (conocido como "Mi Teresita, dedicado a su hija Teresita) y Cuarteto para cuerdas en si bemol. En relación a Venezuela se destacan: Saludo a Caracas, Danza venezolana e Himno al Ilustre Americano.


Los venezolanos le rinden un justo homenaje dándole su nombre al teatro más importante del país, el teatro Teresa Carreño, inaugurado en 1983.

Si estás interesado en más información sobre este personaje visita http://www.lapaginadeteresa.blogspot.com/

Jesus Eloy Gutiérrez
Enero de  2007


Fotos: Colección Fotográfica Centro Documental Teatro Teresa Carreño